Tres meses después...
Ya era lunes... Otra vez... Habían pasado 3 meses desde que empecé el instituto. Estos 3 meses se me pasaron volando.
Cuando me terminé de arreglar para ir al instituto, bajé al salón y allí estaban mis padres esperándome. Mi padre cuando me vio empezó a decir:
-Noelia, hija, tenemos que hablar... Cuando salgas del instituto ve directamente a casa de tu abuela.
-¿Ha pasado algo? - Pregunté un poco preocupada.
-Eh...Nada...Bueno, sí, pero después te lo diremos.
Justo cuando mi padre terminó de hablar sonó la puerta. Supongo que serían Valeria y Elías, como todos los días.
Cuando salí a la puerta, le conté lo ocurrido a mis amigos. Ellos, para quitarle hierro al asunto, me dijeron que seguramente sería cualquier nimiedad. Eso esperaba yo también.
Las 6 horas que me ataban a aquel instituto pasaron, y cuando estaba en la puerta me despedí de Val y Elías y fui directamente a casa de mi abuela. Por suerte, no estaba muy lejos de allí. Por el camino, vi a Álvaro y no pude evitar sonrojarme. Y cuando menos lo esperaba, el se giró hacia mi dirección y saludó con la mano y su maravillosa sonrisa. Como una tonta, le empecé a saludar. Pero justo en ese momento, por detrás mía se acercaba Ruth y se quedó mirándome.
-¿Qué haces, boba? - Me dijo sin ningún miramiento.
Soy tonta. En realidad, Álvaro la estaba saludando a ella, y yo creía que era a mí. Ojalá me hubiera tragado la tierra en esos momentos.
Segundos después, Ruth se encontró con Álvaro y le contó la 'anécdota' y se empezaron a reír juntos.
Seguí caminando, con la vergüenza incluida, hasta que llegue a casa de mi abuela. Allí me esperaban mis padres con unas maletas de viaje.
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